¡Ya está bien, coño!

Me viene últimamente a la retina una imagen que observé hace muchos años, en mi época de estudiante, miles de hormigas se movían a mis pies en todas direcciones, con aparente desorden, en torno a su hormiguero; mientras observaba el extraño fenómeno, preguntándome por sus causas, la respuesta sobrevino en forma de terremoto, las hormigas habían detectado las ondas que preceden al seísmo y habían abandonado el hormiguero constituyéndose en una masa alocada antes de que el temblor hundiera su hogar subterráneo.

La situación económica, política y social de la España de hoy se me antoja como el terremoto que echó a las hormigas de su domicilio y el gobierno de la nación me parece como esas hormigas que, en atolondrada bulla, incapaces de proponer soluciones, se vacían en actividad frenética y estéril, únicamente dirigida a salvar su propia existencia.

Aquellas hormigas eran corrientes, inofensivas, pero RZ, sus ministros y el partido que los sostiene se parecen más a las de “cuando ruge la marabunta”, arrasan con todo, incapaces de enfrentarse a los problemas, atacan a todo lo que se mueve y quieren prevalecer a costa de dejar a sus adversarios en los huesos. Todo vale, la mentira, la exageración, la insinuación, el insulto, el falso testimonio… todo con tal de sembrar la duda sobre los demás sin proporcionar ni un gramo de confianza en su actuación, no importa que la plantación, España, quede arrasada a consecuencia de sus actos con tal de que no quede nadie para disputarles el trono.

No desaprovechan ninguna ocasión, aún recuerdo como, hace unos años, a la salida de un mitin de campaña, un grupo de personas que conocía perfectamente y con quienes he compartido muchos momentos de ocio y trabajo, nos gritaban Asesinos con la mayor naturalidad. Siguen en su empeño constante de aniquilar a quien no piense como ellos, si es que a eso se le puede llamar pensar. Su ataque es constante y devastador.

Su doble rasero puede con todo, como muestra un botón, ¿quién se acuerda del petrolero Mar Egeo, que el 3 de diciembre de 1992 naufragó frente a la Torre de Hércules, en La Coruña, al intentar entrar de forma ilegal en el puerto, originando una marea negra de 70.000 toneladas de crudo que causó una terrible catástrofe ecológica, teniendo un Prestige a mano?

No importa lo que haga el Partido Popular, el PSOE terminará la frase en “azo” o la comenzará por “caso” y ya está, no hace falta más, un ejército de hormigas saldrá del hormiguero en todas direcciones a desacreditar, infamar, obstaculizar y aplastar. Dejan caer el velo de la duda sobre todos, sin importar el daño que hacen, quieren criminalizar a quienes militamos en un partido decente persiguiéndonos hasta el último rincón siguiendo una consigna hipnótica.

Estoy bastante harto de que el juego político consista en colocarle un “San Benito” al adversario con la esperanza de que cale en el pueblo supersticioso y lastre sus posibilidades de competir lealmente por el poder, de que una marabunta de mediocres esparza la ignominia indiscriminadamente sobre sus oponentes, de que nadie piense en los ciudadanos y sus problemas. ¡Ya está bien, coño!


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